Comer piedras es una costumbre muy peligrosa para la salud de un perro. Incluso el can podría morir.
Las piedras pueden perforar el intestino o causar infecciones en el estómago.
Al igual que los perros comen hierba para purgarse, el hecho de comer piedras supone un intento de paliar molestias estomacales o renales. Se trata de un mecanismo instintivo para provocar el vómito y así eliminar las molestias internas.
Algunos consejos para evitar que los perros se las coman son evitar jugar con ellos lanzándoles piedras y que no ingieran cosas que no sea su comida. Además si se alerta que el perro ha comenzado a tener este tipo de hábitos es recomendable acudir al veterinario para checquearlo.
Fuente: econsumer
No hay comentarios:
Publicar un comentario